martes, 7 de marzo de 2017

DIARIO IX

Echo la vista atrás y no ha sido diferente esta vez. La misma impresión. El mismo dejo. La misma soledad. El mismo poso y, como resultado, la misma inacción. La decepción. El deseo de dejarlo todo atrás. La sensación de última derrota. La falta de fuerzas.

Uno se promete una y otra vez no volver a caer en el error. Y siempre incurre. Como una tormenta que se avecina casi presiento una tercera vez, aunque, es posible, que intente abortar el propósito.

Al final esa sonrisa de diente centelleante y el alejamiento. Poner millas de distancia. Volver a la esencia (cada vez más difícil). Ya no se disfruta lo mismo con el hallazgo. Ya no refulge la palabra exacta. El cuaderno yace vencido y sin tensión con las motas de polvo depositadas desde hace tiempo. Olvidado.


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